Colin Ward, writing of the post WWII british squatters movement, he came to identify four phases in squatting understood as a form of direct action to the housing problem in non-revolutionary situations. There is first the initiative, the action that begins the occupations. Secondly, he spoke of consolidation, “when the movement spreads sufficiently to constitute a real threat to property rights and becomes big enough to avoid being simply snuffed out by the authorities”. The third phase is that of success, when the authorities concede defeat. And lastly, follows official action, when the state is obliged to respond to popular demands while simultaneously protecting private property. (Colin Ward, “The People Act: The Postwar Squatters’ Movement)
The british movement, largely driven by returning ex-service men, went through all four phases and the extent of it is quite extraordinary, or may seem to be so for those not familiar with the history. The movement began with the occupation of empty military camps and from the first squat on May 8th, 1946 to the second week of October, 39,535 people had occupied 1,038 camps (government figures). As the camps filled, attention turned to empty buildings, houses, shops, disused school buildings, race tracks, hotels, and most spectacularly, rich, empty houses in London. Rent strikes also marked the period.
The squats themselves became examples of autonomous, democratic and collective communities, and lead to the formation of Squatters Protection Societies and Federations.
The british movement is not unique in recent history, but its scale is impressive and in different circumstances, it could have gone further, that is, the success could have been followed not by official action, but by insurrection/revolution.
The british movement comes to mind in light of events in spain and the authorities increasingly hostile attitude and intervention in Okupied Social Centres and residential squats. These actions are not haphazard or innocent. They are driven by the state’s understanding of and the need to secure the inviolability of private property, which is coincidental with the concerns of capital. Okupying/squating is a politics which challenges the state and capital; it interrupts the circulation of money, disrupts exchange value creation, and unmasks the nature of institutionalized political power. In sum, it is potentially revolutionary. The state and self-conscious autonomist squatters groups share understand this, and very better than traditional leftist organizations which have tended to see squatting as middle class.
Over the course of the last four months, four Okupied Social Centres have been retaken by the police in Madrid (one per month). The most recent expulsion was that of the CSOA Casablanca, on the 19th of September. The Assembly of the Casablanca Collective has issued a communiqué in response to the expulsion, where we can read:
We are conscious that this expulsion was not circumstantial. It is the product of a process of growing repression supported by apparatuses of fear, strongly linked to recent calls for civil disobedience in the name of recuperating popular sovereignty. In this context, the expulsion of Casablanca is part of a strategy with which the economic and political elites confront a new stage of social mobilization. … [T]he expulsion however does not signify the end …
And today, a residential squat in Seville, known as La Corrala Alegría was also cleared out by the police, forcing five families back out onto the street.
If Colin Ward’s four phases were used to understand the movement, then we must that it remains at the level of the initiative. However impressive the okupations both urban and rural have been, whatever the courage and creativity displayed, they are weak because they are few. The number of unemployed and homeless in spain call for an okupation movement n a far greater, on something comparable, indeed far larger, than the british of 1946. On that occasion, revolution becomes possible …
The full communiqué of the CSOA Casablanca follows in Spanish, followed by a text from La Corrala Alegría collective …
Comunicado de la Asamblea de Casablanca ante el desalojo
Miércoles 19 de septiembre de 2012, por La Macula
Hoy, 19 de septiembre, a las 7 de la mañana, la policía ha desalojado por la fuerza y sin previo aviso el Centro Social Okupado y Autogestionado Casablanca, situado en la calle Santa Isabel 21-23.
Este desalojo ha sido totalmente ilegal. Un juzgado de instrucción y la Audiencia Provincial de Madrid archivaron en firme la causa penal que inició la propiedad del edificio. Es ilegal que se haya abierto de nuevo esa causa y es ilegal que no nos hayan notificado la resolución de desalojo.
En dos años y medio, Casablanca ha sido un lugar de encuentro abierto a todas las personas del barrio de Lavapiés y de la ciudad, así como de creación y desarrollo de conciencia política y social. Trabajando y creando un espacio seguro y un referente de solidaridad, apoyo mutuo, autogestión, horizontalidad, autonomía, cuidados y asamblearismo. El centro social ha sido construido desde la convicción de que otro mundo es posible, rechazando este sistema capitalista, corrupto y patriarcal.
En el CSOA colaboran más de 30 colectivos, desarrollando proyectos relacionados con:
Creación y pensamiento crítico: Casablanca ha servido como espacio de encuentro a diversos grupos de trabajo y asambleas populares de barrio, así como de movimientos estudiantiles, a través de infinidad de charlas, jornadas de aprendizaje, de empoderamiento y de denuncia social.
Educación: un proyecto para la convivencia y aprendizaje libre con niñas y niños de dos a seis años (“Tartaruga”), un proyecto de cooperación entre padres y madres para el cuidado de bebés menores de un año (“Casa común”), un proyecto de enseñanza de español para migrantes (“La Biblio”), talleres de lectura, un proyecto de gestión de préstamo de los más de 10.000 libros donados popularmente durante el campamento de Sol e intercambio de libros de texto, en el que más de 200 personas en situaciones de necesidad participaban cada miércoles (“BiblioSol”), el Archivo físico de Sol…
El autoaprendizaje, como alternativa al modelo de consumo: un taller de costura, de construcción, de reparación de bicicletas, de serigrafía, de revelado fotográfico (“Revelarte”), de informática…
El arte, la cultura y el cuidado personal: talleres de teatro (“Tombuctú”, “Impro de teatro” ), de baile (“Laboratorio de danza”), de yoga, de cultura queer (“Taller de Tango Queer”), de swing, de hip-hop, cine (Cinema Casablanca)…
El desarrollo social: un proyecto de apoyo entre personas seropositivas (“Crítica VIH Madrid”), una oficina de ayuda legal a colectivos migrantes, varios grupos de mujeres, la Oficina de Okupación de Madrid, grupo de teatro de denuncia social (“Distopía”),…
Las alternativas al modelo de consumo: tienda gratis, grupos de consumo (“Tomarte Rojo”, “BAH”), huerto urbano, comedor vegano, taller de bicis…
Sería imposible nombrar a todas las personas y colectivos que han pasado por aquí en estos dos años y medio.
Todo esto ha tenido lugar en un inmueble cerrado, propiedad de la constructora Monteverde S.L., que compró lo que era un colegio para convertirlo en viviendas de lujo. Pero llegó el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis y fueron incapaces de seguir especulando con el mismo, quedando el edificio cerrado durante más de tres años. Esta empresa, implicada en procesos de corrupción (Operación Malaya II), forma parte de los verdaderos responsables del actual contexto político-económico. Por ello, el proyecto de Casablanca tiene la legitimidad de la que ellos carecen.
La línea política de Casablanca, que ha venido trabajándose desde hace años en La Escoba (2006), La Alarma (2007), Malaya (2008) y La Mácula (2009), se ha desarrollado, se ha transformado y sigue siendo hoy un proyecto político y en lucha. Esta línea siempre ha creído y trabajado en el desarrollo y articulación de redes fuera del sistema mercantilista. Creemos en el trabajo colectivo cómo medio de consecución de autogestión de nuestra vida y en el apoyo mutuo. Defendemos el modelo de cooperación cómo alternativa al modelo de competencia y pensamos continuar en la lucha.
Somos conscientes de que este desalojo no ha sido casual. Es producto de un proceso de represión creciente amparado en los dispositivos del miedo, estrechamente relacionado con los últimos llamamientos a la desobediencia civil en demanda de la recuperación de la soberanía popular. En este contexto, el desalojo de Casablanca hoy forma parte de la estrategia con las que las élites de poder económico y político afrontan una nueva etapa de la movilización social. Quienes queremos construir una realidad diferente hemos pasado de una posición de resistencia a una de confrontación directa, de la que el 25S supone el punto de inflexión. Si hemos llegado aquí es porque llevamos muchos meses trabajando, intercambiando, conociéndonos, luchando; hemos dejado de ser gentes y colectivos fragmentados. Por ello este centro social ha sido uno de los espacios en que esto ha tenido lugar, pero el desalojo no significa el fin de lo que hay.
Un desalojo, otra okupación.
Asamblea del CSOA Casablanca
(http://www.csocasablanca.org/Comunicado-de-la-Asamblea-de.html)
La Policía Nacional desaloja a las 5 familias de la Corrala La Alegría
En torno a las 6:30 de la mañana, un dispositivo de la Policía Nacional ha ejecutado el desalojo de las cinco familias de la Corrala La Alegría, que el pasado 30 de agosto se realojaron en un inmueble que lleva varios años vacíos, en el número 158 de la calle Feria.
Unas 70 personas que permanecían fuera del edificio han intentado impedir el desahucio, tras acudir al llamamiento de apoyo realizado ayer por las familias, que convocaron una concentración de siete a diez de la mañana. A través de su web, la Corrala Alegría advertía que la actuación policial podía producirse en plena madrugada, por lo que pedían que la presencia exterior fuera lo más temprana posible.
Las familias han agradecido el apoyo de la ciudadanía, organizaciones sociales y personas vinculadas al movimiento 15M, y han señalado que “seguirán luchando por el derecho a una vivienda digna frente a la especulación financiera y empresarial, con la complicidad de las administraciones y la Justicia, que protegen a los corruptos y poderosos a la vez que echan a la calle cada día a 517 familias”, según los datos que conocemos.
Tras publicarse hace tres días la amenaza de desalojo a través de la agencia EFE, las familias difundieron un comunicado en el que llamaron la atención sobre la lentitud de la Justicia en “casos de corrupción que afectan a políticos, empresarios y personajes destacados”, mientras que “en poco más de dos semanas nos encontramos con que el Juzgado de Instrucción Nº 13 de Sevilla ha decretado un ‘desalojo exprés’ de las 5 familias de la Corrala La Alegría, a pesar de que ello vulnere el artículo 47 de la Constitución que, sólo en teoría, garantiza el derecho a una vivienda digna para estas familias”.
Según señalan, “la Justicia actúa más rápido cuando se trata de defender los intereses de los más poderosos, aún cuando sean los responsables de la crisis que actualmente atraviesa nuestra sociedad”, en alusión a la figura de Antonio De Bayas Salas, actual Administrador Único de la sociedad que todavía consta como propietaria del inmueble de calle Feria 158, que “en la actualidad ejerce de Administrador Único de 7 empresas inmobiliarias. Al mismo tiempo es Presidente, Consejero y Administrador Solidario de otras 3 empresas”. Y añaden que “antes de ser promotor inmobiliario y administrador de múltiples empresas relacionadas con el ladrillo, fue Director de Banca. Fue él además la persona que estuvo al frente de polémicas recalificaciones de terrenos en municipios de la zona metropolitana de Sevilla como Mairena del Aljarafe”.
Según denunció en su momento la Corrala La Alegría, la sociedad de inversión titular, INVERSIONES PLAZA NUEVA 9, S.L., formalizó para la adquisición del inmueble una hipoteca con BANKIA de 2.084.333 euros, cuyo periodo de carencia ha sido prorrogado en 3 ocasiones por la entidad bancaria, permitiendo que no se ejecutara la hipoteca bancaria y, por tanto, la empresa no quebrara. “¿Cómo es posible que Bankia otorgue este trato de favor a una empresa que también tiene responsabilidad en la crisis y que, al mismo tiempo, desahucie de sus viviendas cada día a familias humildes con escasos recursos?”.
Para que esta inversión pudiera suponer beneficios para esta empresa deberían vender el metro cuadrado a más de de 4.300 euros, sin embargo, el metro cuadrado en la zona de calle Feria, donde se ubica el inmueble, no supera los 2.200 euros. Según La Alegría, “Ninguna de las viviendas o locales del inmueble han sido vendidas. El inmueble no tiene salida en el mercado actual, por lo que estamos ante el caso de un activo tóxico de Bankia, que son los que van a pasar a manos del Banco Malo impulsado por el Gobierno para absorber con fondos públicos la deuda privada creada por este tipo de aventuras empresariales.
El movimiento 15M y las familias de la Corrala La Alegría eran conscientes de la dificultad de impedir este desahucio. Aún así, estiman que todavía es más difícil que las autoridades puedan impedir que estas u otras familias se realojen en las decenas de miles de pisos vacíos que hay tan solo en la ciudad de Sevilla. Se calcula que tan solo en la provincia de Sevilla hay más de 118.000 viviendas vacías mientras que aproximadamente unas 20.000 familias tienen problemas de vivienda. Por todo ello, el movimiento 15M y las familias que forman las distintas corralas sevillanas seguirán defendiendo el acceso a un alquiler social para familias que padecen la crisis y que la inmensa bolsa de viviendas vacías, sin salida en el mercado, sirva para crear un amplio parque público de viviendas que sirva para realojarlas. Estas eran ayer nuestras demandas y lo siguen siendo hoy.
(http://www.corrala-alegria.blogspot.com.es/2012/09/la-policia-nacional-desaloja-las-5.html)
News from Kaos en la Red
A last note on squatting: the video Wasteland about Des Madden …
Un desalojo, otra okupación
Colin Ward, writing of the post WWII british squatters movement, he came to identify four phases in squatting understood as a form of direct action to the housing problem in non-revolutionary situations. There is first the initiative, the action that begins the occupations. Secondly, he spoke of consolidation, “when the movement spreads sufficiently to constitute a real threat to property rights and becomes big enough to avoid being simply snuffed out by the authorities”. The third phase is that of success, when the authorities concede defeat. And lastly, follows official action, when the state is obliged to respond to popular demands while simultaneously protecting private property. (Colin Ward, “The People Act: The Postwar Squatters’ Movement)
The british movement, largely driven by returning ex-service men, went through all four phases and the extent of it is quite extraordinary, or may seem to be so for those not familiar with the history. The movement began with the occupation of empty military camps and from the first squat on May 8th, 1946 to the second week of October, 39,535 people had occupied 1,038 camps (government figures). As the camps filled, attention turned to empty buildings, houses, shops, disused school buildings, race tracks, hotels, and most spectacularly, rich, empty houses in London. Rent strikes also marked the period.
The squats themselves became examples of autonomous, democratic and collective communities, and lead to the formation of Squatters Protection Societies and Federations.
The british movement is not unique in recent history, but its scale is impressive and in different circumstances, it could have gone further, that is, the success could have been followed not by official action, but by insurrection/revolution.
The british movement comes to mind in light of events in spain and the authorities increasingly hostile attitude and intervention in Okupied Social Centres and residential squats. These actions are not haphazard or innocent. They are driven by the state’s understanding of and the need to secure the inviolability of private property, which is coincidental with the concerns of capital. Okupying/squating is a politics which challenges the state and capital; it interrupts the circulation of money, disrupts exchange value creation, and unmasks the nature of institutionalized political power. In sum, it is potentially revolutionary. The state and self-conscious autonomist squatters groups share understand this, and very better than traditional leftist organizations which have tended to see squatting as middle class.
Over the course of the last four months, four Okupied Social Centres have been retaken by the police in Madrid (one per month). The most recent expulsion was that of the CSOA Casablanca, on the 19th of September. The Assembly of the Casablanca Collective has issued a communiqué in response to the expulsion, where we can read:
We are conscious that this expulsion was not circumstantial. It is the product of a process of growing repression supported by apparatuses of fear, strongly linked to recent calls for civil disobedience in the name of recuperating popular sovereignty. In this context, the expulsion of Casablanca is part of a strategy with which the economic and political elites confront a new stage of social mobilization. … [T]he expulsion however does not signify the end …
And today, a residential squat in Seville, known as La Corrala Alegría was also cleared out by the police, forcing five families back out onto the street.
If Colin Ward’s four phases were used to understand the movement, then we must that it remains at the level of the initiative. However impressive the okupations both urban and rural have been, whatever the courage and creativity displayed, they are weak because they are few. The number of unemployed and homeless in spain call for an okupation movement n a far greater, on something comparable, indeed far larger, than the british of 1946. On that occasion, revolution becomes possible …
The full communiqué of the CSOA Casablanca follows in Spanish, followed by a text from La Corrala Alegría collective …
Comunicado de la Asamblea de Casablanca ante el desalojo
Miércoles 19 de septiembre de 2012, por La Macula
Hoy, 19 de septiembre, a las 7 de la mañana, la policía ha desalojado por la fuerza y sin previo aviso el Centro Social Okupado y Autogestionado Casablanca, situado en la calle Santa Isabel 21-23.
Este desalojo ha sido totalmente ilegal. Un juzgado de instrucción y la Audiencia Provincial de Madrid archivaron en firme la causa penal que inició la propiedad del edificio. Es ilegal que se haya abierto de nuevo esa causa y es ilegal que no nos hayan notificado la resolución de desalojo.
En dos años y medio, Casablanca ha sido un lugar de encuentro abierto a todas las personas del barrio de Lavapiés y de la ciudad, así como de creación y desarrollo de conciencia política y social. Trabajando y creando un espacio seguro y un referente de solidaridad, apoyo mutuo, autogestión, horizontalidad, autonomía, cuidados y asamblearismo. El centro social ha sido construido desde la convicción de que otro mundo es posible, rechazando este sistema capitalista, corrupto y patriarcal.
En el CSOA colaboran más de 30 colectivos, desarrollando proyectos relacionados con:
Creación y pensamiento crítico: Casablanca ha servido como espacio de encuentro a diversos grupos de trabajo y asambleas populares de barrio, así como de movimientos estudiantiles, a través de infinidad de charlas, jornadas de aprendizaje, de empoderamiento y de denuncia social.
Educación: un proyecto para la convivencia y aprendizaje libre con niñas y niños de dos a seis años (“Tartaruga”), un proyecto de cooperación entre padres y madres para el cuidado de bebés menores de un año (“Casa común”), un proyecto de enseñanza de español para migrantes (“La Biblio”), talleres de lectura, un proyecto de gestión de préstamo de los más de 10.000 libros donados popularmente durante el campamento de Sol e intercambio de libros de texto, en el que más de 200 personas en situaciones de necesidad participaban cada miércoles (“BiblioSol”), el Archivo físico de Sol…
El autoaprendizaje, como alternativa al modelo de consumo: un taller de costura, de construcción, de reparación de bicicletas, de serigrafía, de revelado fotográfico (“Revelarte”), de informática…
El arte, la cultura y el cuidado personal: talleres de teatro (“Tombuctú”, “Impro de teatro” ), de baile (“Laboratorio de danza”), de yoga, de cultura queer (“Taller de Tango Queer”), de swing, de hip-hop, cine (Cinema Casablanca)…
El desarrollo social: un proyecto de apoyo entre personas seropositivas (“Crítica VIH Madrid”), una oficina de ayuda legal a colectivos migrantes, varios grupos de mujeres, la Oficina de Okupación de Madrid, grupo de teatro de denuncia social (“Distopía”),…
Las alternativas al modelo de consumo: tienda gratis, grupos de consumo (“Tomarte Rojo”, “BAH”), huerto urbano, comedor vegano, taller de bicis…
Sería imposible nombrar a todas las personas y colectivos que han pasado por aquí en estos dos años y medio.
Todo esto ha tenido lugar en un inmueble cerrado, propiedad de la constructora Monteverde S.L., que compró lo que era un colegio para convertirlo en viviendas de lujo. Pero llegó el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis y fueron incapaces de seguir especulando con el mismo, quedando el edificio cerrado durante más de tres años. Esta empresa, implicada en procesos de corrupción (Operación Malaya II), forma parte de los verdaderos responsables del actual contexto político-económico. Por ello, el proyecto de Casablanca tiene la legitimidad de la que ellos carecen.
La línea política de Casablanca, que ha venido trabajándose desde hace años en La Escoba (2006), La Alarma (2007), Malaya (2008) y La Mácula (2009), se ha desarrollado, se ha transformado y sigue siendo hoy un proyecto político y en lucha. Esta línea siempre ha creído y trabajado en el desarrollo y articulación de redes fuera del sistema mercantilista. Creemos en el trabajo colectivo cómo medio de consecución de autogestión de nuestra vida y en el apoyo mutuo. Defendemos el modelo de cooperación cómo alternativa al modelo de competencia y pensamos continuar en la lucha.
Somos conscientes de que este desalojo no ha sido casual. Es producto de un proceso de represión creciente amparado en los dispositivos del miedo, estrechamente relacionado con los últimos llamamientos a la desobediencia civil en demanda de la recuperación de la soberanía popular. En este contexto, el desalojo de Casablanca hoy forma parte de la estrategia con las que las élites de poder económico y político afrontan una nueva etapa de la movilización social. Quienes queremos construir una realidad diferente hemos pasado de una posición de resistencia a una de confrontación directa, de la que el 25S supone el punto de inflexión. Si hemos llegado aquí es porque llevamos muchos meses trabajando, intercambiando, conociéndonos, luchando; hemos dejado de ser gentes y colectivos fragmentados. Por ello este centro social ha sido uno de los espacios en que esto ha tenido lugar, pero el desalojo no significa el fin de lo que hay.
Un desalojo, otra okupación.
Asamblea del CSOA Casablanca
(http://www.csocasablanca.org/Comunicado-de-la-Asamblea-de.html)
La Policía Nacional desaloja a las 5 familias de la Corrala La Alegría
En torno a las 6:30 de la mañana, un dispositivo de la Policía Nacional ha ejecutado el desalojo de las cinco familias de la Corrala La Alegría, que el pasado 30 de agosto se realojaron en un inmueble que lleva varios años vacíos, en el número 158 de la calle Feria.
Unas 70 personas que permanecían fuera del edificio han intentado impedir el desahucio, tras acudir al llamamiento de apoyo realizado ayer por las familias, que convocaron una concentración de siete a diez de la mañana. A través de su web, la Corrala Alegría advertía que la actuación policial podía producirse en plena madrugada, por lo que pedían que la presencia exterior fuera lo más temprana posible.
Las familias han agradecido el apoyo de la ciudadanía, organizaciones sociales y personas vinculadas al movimiento 15M, y han señalado que “seguirán luchando por el derecho a una vivienda digna frente a la especulación financiera y empresarial, con la complicidad de las administraciones y la Justicia, que protegen a los corruptos y poderosos a la vez que echan a la calle cada día a 517 familias”, según los datos que conocemos.
Tras publicarse hace tres días la amenaza de desalojo a través de la agencia EFE, las familias difundieron un comunicado en el que llamaron la atención sobre la lentitud de la Justicia en “casos de corrupción que afectan a políticos, empresarios y personajes destacados”, mientras que “en poco más de dos semanas nos encontramos con que el Juzgado de Instrucción Nº 13 de Sevilla ha decretado un ‘desalojo exprés’ de las 5 familias de la Corrala La Alegría, a pesar de que ello vulnere el artículo 47 de la Constitución que, sólo en teoría, garantiza el derecho a una vivienda digna para estas familias”.
Según señalan, “la Justicia actúa más rápido cuando se trata de defender los intereses de los más poderosos, aún cuando sean los responsables de la crisis que actualmente atraviesa nuestra sociedad”, en alusión a la figura de Antonio De Bayas Salas, actual Administrador Único de la sociedad que todavía consta como propietaria del inmueble de calle Feria 158, que “en la actualidad ejerce de Administrador Único de 7 empresas inmobiliarias. Al mismo tiempo es Presidente, Consejero y Administrador Solidario de otras 3 empresas”. Y añaden que “antes de ser promotor inmobiliario y administrador de múltiples empresas relacionadas con el ladrillo, fue Director de Banca. Fue él además la persona que estuvo al frente de polémicas recalificaciones de terrenos en municipios de la zona metropolitana de Sevilla como Mairena del Aljarafe”.
Según denunció en su momento la Corrala La Alegría, la sociedad de inversión titular, INVERSIONES PLAZA NUEVA 9, S.L., formalizó para la adquisición del inmueble una hipoteca con BANKIA de 2.084.333 euros, cuyo periodo de carencia ha sido prorrogado en 3 ocasiones por la entidad bancaria, permitiendo que no se ejecutara la hipoteca bancaria y, por tanto, la empresa no quebrara. “¿Cómo es posible que Bankia otorgue este trato de favor a una empresa que también tiene responsabilidad en la crisis y que, al mismo tiempo, desahucie de sus viviendas cada día a familias humildes con escasos recursos?”.
Para que esta inversión pudiera suponer beneficios para esta empresa deberían vender el metro cuadrado a más de de 4.300 euros, sin embargo, el metro cuadrado en la zona de calle Feria, donde se ubica el inmueble, no supera los 2.200 euros. Según La Alegría, “Ninguna de las viviendas o locales del inmueble han sido vendidas. El inmueble no tiene salida en el mercado actual, por lo que estamos ante el caso de un activo tóxico de Bankia, que son los que van a pasar a manos del Banco Malo impulsado por el Gobierno para absorber con fondos públicos la deuda privada creada por este tipo de aventuras empresariales.
El movimiento 15M y las familias de la Corrala La Alegría eran conscientes de la dificultad de impedir este desahucio. Aún así, estiman que todavía es más difícil que las autoridades puedan impedir que estas u otras familias se realojen en las decenas de miles de pisos vacíos que hay tan solo en la ciudad de Sevilla. Se calcula que tan solo en la provincia de Sevilla hay más de 118.000 viviendas vacías mientras que aproximadamente unas 20.000 familias tienen problemas de vivienda. Por todo ello, el movimiento 15M y las familias que forman las distintas corralas sevillanas seguirán defendiendo el acceso a un alquiler social para familias que padecen la crisis y que la inmensa bolsa de viviendas vacías, sin salida en el mercado, sirva para crear un amplio parque público de viviendas que sirva para realojarlas. Estas eran ayer nuestras demandas y lo siguen siendo hoy.
(http://www.corrala-alegria.blogspot.com.es/2012/09/la-policia-nacional-desaloja-las-5.html)
News from Kaos en la Red
A last note on squatting: the video Wasteland about Des Madden …